Circulan
por las redes sociales multitud de vídeos en los que
se afirma que los objetos metálicos (como las
monedas de euro) se quedan pegados al brazo tras la
vacuna, de lo que se deduce que las vacunas
contienen extraños ingredientes que pueden crear
campos magnéticos que podrán servir, entre otras
cosas, para controlar nuestros movimientos o, tal
vez, nuestras mentes.
¿Qué hay de
cierto en ello? En el vídeo se muestran sencillas
experiencias con las que demostrar que esto es un
bulo más.
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