El sonido es una onda de presión que viaja en el aire con
una velocidad aproximada de 340 m/s.
Si se produce un sonido en el interior de un tubo se
generará una onda estacionaria si se cumplen las llamadas condiciones
de contorno para los extremos de la onda: que exista un nodo en el
extremo del tubo si éste está cerrado o un vientre si está abierto.
Esta circunstancia permite diseñar un experimento en el
cual se utilizan las ondas sonoras estacionarias que se pueden formar en
un tubo para determinar la velocidad de propagación del sonido en el aire. |
Cuando se golpea el diapasón la onda sonora penetra en el
tubo y se refleja en la superficie del líquido que lo llena parcialmente.
Como consecuencia se puede formar en su interior una onda estacionaria si
se da una doble condición: que exista un nodo en la superficie del líquido
y un antinodo, o vientre, en la parte abierta del tubo. Esto sucederá
cuando la longitud del tubo, no ocupada por el agua, sea un múltiplo impar
de un cuarto de la longitud de onda.

Cuando se cumpla esta condición se formará la onda
estacionaria, que se detecta porque se produce un súbito aumento de la
intensidad del sonido. La longitud del tubo se puede
variar abriendo la llave y dejando que el agua vierta en el vaso.
Más información
|

Clic en la imagen para ver
el vídeo |