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                            El estudio de la conductividad de los 
                            gases (realizada a lo largo del s. XIX) proporcionó 
                            grandes sorpresas. 
                            A presión ordinaria los gases no 
                            conducían la corriente eléctrica, pero si se extraía 
                            gas del tubo (con la consiguiente reducción de su 
                            presión) aparecían una serie de curiosos fenómenos. 
                            Cuando la presión era de tan solo 0,001 mm de Hg 
                            unos misteriosos rayos (verdes en el vídeo) 
                            aparecían en el tubo. 
                            El estudio de esta luminosidad tuvo 
                            una importancia crucial en el desarrollo de la 
                            ciencia. Pronto se demostró que los rayos procedían 
                            del electrodo negativo, o cátodo, con lo que fueron 
                            bautizados con el nombre de "rayos catódicos". 
                            Los rayos catódicos tenían ciertas 
                            similitudes con los luminosos: los objetos 
                            interpuestos producían sombras, se propagaban en 
                            línea recta... etc, pero también diferencias 
                            importantes ya que un campo magnético era capaz de 
                            desviarlos. En la primera parte del vídeo se puede 
                            ver claramente este efecto. Un imán colocado tras el 
                            tubo hace que los rayos se desvíen hacia arriba o 
                            hacia abajo. El sentido de la fuerza de Lorentz 
                            indica que los rayos han de estar formados por 
                            cargas eléctricas negativas (ver figura). |