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              Una vez lejos de la llama el metal 
              se contrae volviendo a su estado inicial. Deja de ejercerse fuerza 
              sobre el muelle y el brazo se desplaza en sentido contrario para 
              volver, por la acción del contrapeso, a su estado inicial. 
              La energía calorífica produce un 
              cambio (dilatación) en el metal que provoca el arrollamiento del 
              muelle. Dicho de otra manera, la energía calorífica se 
              transforma en energía elástica que es empleada en mover el 
              contrapeso que gana energía potencial. 
               
              Cuando el contrapeso comienza a 
              descender (pierde energía potencial) el balancín se pone en 
              movimiento (transformando la energía potencial en cinética) 
              En la segunda parte del movimiento 
              el muelle se enfría (pierde energía calorífica que calienta el 
              aire) y comienza a desenrollarse cediendo la energía elástica 
              acumulada al contrapeso que vuelve a transformarla en potencial. 
              Cuando éste alcanza el punto más alto de la trayectoria comenzará 
              a perder la energía potencial adquirida que se transformará 
              nuevamente en cinética. |