El puente salino
(tubo en U) conecta ambos vasos y está lleno de una disolución de un
electrolito (KCl). Las bocas se taponan con algodón. De esta forma se
impide que las disoluciones se mezclen permitiendo que los iones circulen
de un vaso a otro.
En el vaso de la izquierda (Zn | ZnSO4) saltan continuamente
iones Zn2+ a la disolución. Esta, por tanto, adquirirá un
exceso de carga positiva que impediría que nuevos iones positivos se
incorporen a la disolución. Esto se evita porque desde el puente salino se
inyectan iones negativos (Cl-) que mantienen la neutralidad de
la disolución de sulfato de cinc.
En el vaso de la derecha (Cu | CuSO4) ocurre justamente lo
contrario: al retirarse iones Cu2+ de la disolución, esta
adquirirá un exceso de carga negativa (debido a la presencia de iones SO4
2-) impidiendo que los iones Cu2+ se
descarguen en el electrodo. El puente salino suministra iones positivos (K+)que,
al pasar a la disolución de sulfato de cobre, mantienen la neutralidad de
la misma.
El efecto neto del puente es establecer una comunicación entre ambos
vasos y "cerrar el circuito", haciendo posible la circulación de los
electrones por el circuito exterior.
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